ALIMENTO VIVO: Para facilitar la expresión de nuestro magnetismo, simplemente debemos adaptarnos a vivir los ritmos de la naturaleza y cultivar la armonía con sus reinos. El alimento que la naturaleza produce es vivo, pues está inserto en un gran universo de fuerzas y de energías creadoras. Al ser cosechado, comienza un lento proceso de pérdida de la vitalidad porque se desvincula de su ámbito creador natural. Por eso debemos buscar las formas más adecuadas de trabajar con los alimentos, para que se mantengan lo más plenos de vida posible hasta sean consumidos. Nuestra actitud amorosa al manipularlos y elaborarlos, nuestra gratitud y reverencia para con el universo, la alegría de aceptarlos, todo esto influye positivamente en el mantenimiento de sus cualidades energéticas y nutritivas, y puede potenciarlas.
CÓMO EFECTUAR LOS CAMBIOS CON ARMONÍA: En el camino ascendente, jamás debemos interferir en la forma de alimentarse de los demás, ni querer imponer la nuestra. Lo más saludable es actuar sin dogmatismo, respetando siempre nuestra necesidad y la de los demás.
En ese continuo avance, recordemos que nada de lo que eliminamos de nuestra alimentación debería considerarse sin utilidad, pues otras personas, en diferentes situaciones, pueden necesitar lo que eventualmente ya no nos sirve.
Recordemos siempre que el verdadero propósito de los cuidados con la alimentación es el refinamiento continuo de los cuerpos, para que energías magnéticas más puras impregnen toda la vida externa del ser. Esos cuidados favorecen verdaderos procesos de cura interior.
Que la alimentación se torne un acto sagrado en nuestras vidas, y que humildemente consigamos, también por su intermedio, expresar las mejores aspiraciones de nuestro yo más elevado.
Dr. José María Campos (Clemente). Fuente: Boletín SEÑALES, de Figueira.
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