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miércoles, 21 de enero de 2015

Anti Ácaros Acondicionador de Ambientes para MASCOTAS =) Salud + Bienestar

Las Mascotas Saludables y Felices 


Anti Ácaros RADARCAN 


Acondicionador de Ambientes 

donde viven PERROS
 que padecen DERMATITIS ATÓPICA

Su definición universalizada es: 

enfermedad cutánea inflamatoria y pruriginosa
 condicionada genéticamente, frecuente en perros.

Una forma de controlar una enfermedad alérgica 
es evitar el contacto con la sustancia que la produce:
 la evicción es un tratamiento posible 
en la dermatitis alérgica a la picadura de las pulgas 
y en la reacción adversa a los alimentos, 
con RADARCAN evitar el contacto con ácaros del polvo también es posible.

Radarcan cuenta dentro de su gama de productos 
con un Sistema electrónico Anti-Ácaros, 
que permite mantener 
la colonia de Ácaros disminuída en los ambientes 
y con ello disminuídas sus consecuencias.

De manera sencilla y práctica, se conecta el dispositivo a la red eléctrica 
y se deja actuar permanentemente. 
Sin químicos, ni recambios. Duración ilimitada.





No existe una terapia única y eficaz, de manera general, 
para el tratamiento de la dermatitis atópica.
 Las terapias que podemos emplear para el control de esta enfermedad 
se resumen en tres grandes grupos:
 tratamiento tópico, inmunoterapia y tratamiento médico antipruriginoso.
Dra. Carmen Lorente Méndez
DVM, PhD, DipECVD
Centro de Dermatología Veterinaria ADERVET


Imágenes cedidas por la autora



La dermatitis atópica es una enfermedad compleja, crónica 
y muy frecuente en la población canina. 
Su definición universalizada es: 
enfermedad cutánea inflamatoria y pruriginosa 
condicionada genéticamente, frecuente en perros, 
con unos signos clínicos característicos
 y asociada a la presencia de anticuerpos IgE 
frente a alérgenos ambientales.

Conceptos clave
Para conseguir el éxito en el tratamiento de esta compleja enfermedad 
es importante afianzar algunos conceptos relacionados con la misma 
y remarcados claramente en su definición:




Condicionada genéticamente
Implica que acompañará toda la vida al animal y, 
por lo tanto, no es curable, 
como no es “curable” que un perro siga siendo perro toda su vida. 
Esto remarca la importancia de realizar un correcto diagnóstico 
de la condición atópica del individuo.
Por un lado, existe una alteración del sistema inmunitario, 
que está predispuesto a hiperreaccionar frente a sustancias
 inocuas para la mayoría de la población (teoría de dentro a fuera).

Por otro lado, 
se ha visto que existe una alteración intrínseca de la barrera cutánea 
que predispone a la penetración de los alérgenos,
 a la colonización y proliferación de microorganismos
 y a las alteraciones inflamatorias que ocurren en la piel.




Enfermedad cutánea inflamatoria y pruriginosa
Pero, hay otros procesos que entran en esta condición: 
enfermedades parasitarias pruriginosas 
(sarna sarcóptica, cheileteliosis y sarna notoédrica, entre las más frecuentes) 
y otras alergias 
(dermatitis alérgica a la picadura de la pulga, reacción adversa a los alimentos).
 El diagnóstico de la dermatitis atópica 
es exclusivamente clínico, 
por lo que se diagnosticará en aquel individuo 
con un proceso pruriginoso primario no asociado a 
parásitos, pulgas o alimentos.

Un animal atópico puede también tener otras alergias concurrentes 
como a las pulgas o a los alimentos. 

También se ha definido la dermatitis atópica 
desencadenada por los alimentos. 

Tanto el diagnóstico como el tratamiento de la dermatitis atópica 
pueden verse complicados por estas condiciones.

La inflamación y el prurito predisponen a la 
colonización, multiplicación e infección de la piel por microorganismos (bacterias, Malassezia
que empeoran el cuadro clínico al producir una mayor inflamación y prurito.

Asociada a la presencia de IgE frente a alérgenos ambientales
Esto nos indica que es una disregulación 
del sistema inmunitario del animal 
que provoca hipersensibilidad frente 
a sustancias dispersas en el medio ambiente.




Actualmente se reconoce otra condición denominada 
atopic-like dermatitis (dermatitis similar a la atopia), 
con las mismas características que la DA, 
pero sin evidencia demostrable 
de una respuesta IgE a alérgenos ambientales.

Esto remarca la importancia del diagnóstico clínico de la enfermedad. 
El diagnóstico no puede basarse en un resultado positivo o negativo 
a las pruebas de alergia, 
ya que se ha demostrado la existencia de animales 
con elevación de IgE frente a determinados alérgenos 
sin por ello ser atópicos y la existencia de animales con atopic-like dermatitis 
en los que no se pueden detectar una elevación de IgE alérgeno-específicas. 

Por otro lado, a lo largo del año el animal atópico 
puede tener épocas de alergia por una carga elevada de alérgenos 
en las que pueden no detectarse elevación de IgE. 

Con ello insistimos en la importancia de las pruebas de alergia 
como herramienta para poder determinar
 las sustancias a incluir en una inmunoterapia 
como forma de tratamiento, 
pero nunca como prueba diagnóstica de la dermatitis atópica.

El sistema inmunitario de los animales atópicos 
hiperreacciona frente a sustancias 
que no causan daño a la mayoría de la población 
y que están dispersas en el medio ambiente. 

Una forma de controlar una enfermedad alérgica 
es evitar el contacto con la sustancia que la produce: 
la evicción es un tratamiento posible en la dermatitis alérgica 
a la picadura de las pulgas 
y en la reacción adversa a los alimentos, 
evitar el contacto con ácaros del polvo con  "Anti Ácaros Radarcan" 
o con pólenes que viajan en el aire que es difícil.




Frecuente en perros
Se estima que aproximadamente el 10% de la población canina
padece esta enfermedad 
(según diversos estudios con resultados que van del 6 al 15%).

                              Cinco puntos clave antes de tratar al perro atópico

Antes de iniciar el tratamiento específico de la enfermedad 

hay unas premisas imprescindibles que cumplir:
1- Todos los perros atópicos deben recibir un estricto control de pulgas. 
Los animales atópicos están predispuestos a desarrollar DAPP, 
por lo que se debe evitar al 100% el contacto del animal con las pulgas. 
2- Es necesaria la colaboración estrecha con el propietario, 
que debe entender la enfermedad 
y participar en las decisiones terapéuticas, 
al ser el último implicado en su aplicación. 



3- Todos los animales atópicos 

deben recibir cuidados cutáneos 

que ayuden a la integridad de la epidermis y sus anejos. 



4- Las infecciones bacterianas o por Malassezia de la piel 

tienen un componente pruriginoso e inflamatorio muy importante, 

por lo que es imprescindible la eliminación 

de las infecciones cutáneas secundarias que pueda padecer el animal. 



5- El objetivo del tratamiento es disminuir la sensación de prurito 

y evitar la manifestación clínica de la enfermedad, 

ya que la condición atópica no se puede curar.





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