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lunes, 3 de agosto de 2009

Iones Negativos ¿Qué ocurre cuando nos exponemos a campos electromagnéticos?

Acceso OMS
http://www.who.int/entity/peh-emf/about/es/
La exposición a campos electromagnéticos no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, en el siglo XX la exposición ambiental ha aumentado de forma continua conforme la creciente demanda de electricidad, el constante avance de las tecnologías y los cambios en los hábitos sociales han generado más y más fuentes artificiales de campos electromagnéticos. Todos estamos expuestos a una combinación compleja de campos eléctricos y magnéticos débiles, tanto en el hogar como en el trabajo, desde los que producen la generación y transmisión de electricidad, los electrodomésticos y los equipos industriales, a los producidos por las telecomunicaciones y la difusión de radio y televisión.
En el organismo se producen corrientes eléctricas minúsculas debidas a las reacciones químicas de las funciones corporales normales, incluso en ausencia de campos eléctricos externos. Por ejemplo, los nervios emiten señales mediante la transmisión de impulsos eléctricos. En la mayoría de las reacciones bioquímicas, desde la digestión a las actividades cerebrales, se produce una reorganización de partículas cargadas. Incluso el corazón presenta actividad eléctrica, que los médicos pueden detectar mediante los electrocardiogramas.





FUENTES

Los campos eléctricos y magnéticos son generados por fenómenos como el campo magnético terrestre y las tormentas eléctricas, o por el uso de la electricidad. Cuando esos campos no varían con el tiempo se dice que son estáticos y tienen una frecuencia de 0 Hz.

En la atmósfera, los campos eléctricos estáticos (también denominados campos electroestáticos) se producen de forma natural con tiempo despejado, pero sobre todo en presencia de nubes de tormenta. La fricción también puede separar las cargas positivas y negativas y generar campos electroestáticos de alta intensidad. La intensidad de un campo se mide en voltios por metro (V/m) o en kilovoltios por metro (kV/m). En la vida cotidiana podemos recibir descargas de chispas con objetos conectados a tierra o se nos puede erizar el cabello como resultado de la fricción, por ejemplo si caminamos sobre una alfombra. Otra fuente de campos electroestáticos es el uso de electricidad de corriente continua, por ejemplo, los sistemas ferroviarios que utilizan corriente continua y las pantallas de televisores y ordenadores con tubos de rayos catódicos.

Un campo magnético estático se mide en amperios por metro (A/m), pero suele expresarse en términos de la inducción magnética correspondiente, que se mide en teslas (T) o militeslas (mT). En la superficie de la Tierra, el campo geomagnético natural varía entre 0,035 y 0,07 mT; algunos animales son sensibles a él y lo utilizan para orientase. Los campos magnéticos estáticos antropogénicos se producen por la utilización de corriente continua, por ejemplo, en los trenes eléctricos o en procesos industriales como la producción de aluminio o la soldadura de gas. Estos campos pueden tener intensidades más de 1000 veces superiores a la del campo magnético natural.

EFECTOS SANITARIOS

Existen pocos estudios sobre los efectos de los campos eléctricos estáticos. Según los resultados obtenidos hasta el momento, los únicos efectos agudos están asociados con movimiento del vello cutáneo y malestar provocado por descarga de chispas. No existen investigaciones efectivas acerca de los efectos crónicos o retardados de los campos eléctricos estáticos.

En el caso de los campos magnéticos estáticos, sólo es probable que se produzcan efectos agudos cuando existe movimiento en el campo, como el desplazamiento de una persona o el movimiento corporal interno, como el flujo sanguíneo o los latidos cardíacos. Una persona que se desplace en un campo de más de 2 T puede tener sensaciones de vértigo y náusea, acompañadas en algunos casos por un sabor metálico en la boca y percepciones de destellos luminosos. Aunque sólo son temporales, esos efectos pueden incidir en la seguridad de las personas que ejecutan operaciones delicadas (como los cirujanos que realizan operaciones en unidades de IRM).

Los campos magnéticos estáticos influyen en las cargas eléctricas que se mueven con la sangre, como los iones, y generan corrientes y campos eléctricos alrededor del corazón y los grandes vasos sanguíneos, que pueden alterar ligeramente la circulación de la sangre. Entre los efectos posibles cabe mencionar ligeras alteraciones de los latidos cardíacos y un aumento del riesgo del ritmo cardíaco anormal (arritmia), que pueden poner en peligro la vida del paciente (como la fibrilación ventricular). Sin embargo, estos efectos agudos sólo tienden a producirse en caso de exposición a campos de más de 8 T.

Hasta el momento no se ha podido determinar si existen consecuencias sanitarias a largo plazo incluso en el caso de exposición a campos cuya intensidad se mide en militeslas, porque no se han realizado estudios epidemiológicos adecuados y a largo plazo con animales. Por ejemplo, no es posible clasificar la carcinogenicidad de los campos magnéticos estáticos para los seres humanos (CIIC, 2002).


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